lunes, 16 de diciembre de 2024

PRUEBAS SOBRE EL CARÁCTER IDEOLÓGICO DEL CRIMEN DE GAZTELU

Sobre el General Sagardia                      Indice                      Tras la Columna Sagardia

Esta entrada esta copiada Literalmente del Blog de Fernando Mikelarena.

http://elblogdefernandomikelarena.blogspot.com/2018/09/nuevas-pruebas-sobre-el-caracter.html

domingo, 23 de septiembre de 2018

NUEVAS PRUEBAS SOBRE EL CARÁCTER IDEOLÓGICO DEL CRIMEN DE GAZTELU Y SOBRE LA PROBIDAD DE TOMÁS ALCAINE EXPÓSITO.

A causa de diversas razones que ya hemos apuntado en nuestros libros, la gestión de la limpieza política registrada en Navarra en 1936-1937 tanto desde el plano institucional como desde los planos memorialístico e historiográfico se ha caracterizado en gran medida, y salvo algunas excepciones, por la extensión de la omertá, de la ley del silencio, en cuanto a las formas como se desarrolló y en cuanto a sus agentes.

De forma llamativa, esa omertá solamente se ha predicado en relación con los bárbaros asesinatos de Juana Josefa Goñi Sagardía y de sus seis hijos en Gaztelu a finales de agosto de 1936 tras haber sido expulsados del lugar quince días antes por la mayoría de los vecinos. Unos asesinatos ciertamente icónicos tras recuperarse finalmente sus restos por un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en octubre de 2016 en la sima de Legarrea a donde los cadáveres fueron arrojados, y evidenciarse así la verosimilitud de los rumores difundidos desde el mismo momento de los hechos. Desde siempre, pero sobre todo en las últimas décadas, ese crimen había ejemplificado la vigencia de un código de silencio en el seno de una comunidad pequeña, de un centenar de habitantes tan solo, hasta el punto de aparecer como el culmen del horror de la violencia en la retaguardia de la guerra en el interior de Navarra. En nuestro último libro (Muertes Oscuras. Contrabandistas, Redes de Evasión y Asesinatos Políticos en el País del Bidasoa 1936, publicado en 2017) aportamos suficientes informaciones sobre el trasfondo de dicha omertá en relación con dicho crimen. Siendo su raíz ideológico-política a causa de las relaciones familiares y sociales de Pedro Sagardía con los republicanos y ugetistas de la zona y pudiendo insertarse en la cadena de asesinatos políticos, y de otros acontecimientos de naturaleza represiva, que tuvieron lugar en la zona aquellos mismos meses, así como meses después, el aparente misterio del mismo tendría que ver con el afán de ocultamiento de sus responsables últimos en un escenario muy complejo en el que, por la existencia de redes de contrabando importante que alimentaban redes de evasión y de otros géneros, se entrecruzaban intereses variados. La investigación que durante años hice del mismo acredita que las informaciones del sumario que se incoó sobre el mismo, una fuente ciertamente amañada, debían de ser forzosamente complementadas por el repaso exhaustivo en archivos de todo tipo ya que los relatos de los testigos o inculpados presentes en él, así como la actitud de los jueces y abogados, están afectados por sesgos ligados al afán de encubrimiento y a las dobles intenciones. Tal y como dice Kalyvas, el máximo experto en la violencia política en la retaguardia de las guerras civiles, en asuntos como el referido el investigador no puede limitarse a las informaciones del sumario sin profundizar en sus limitaciones ni en las razones de estas y sin complementarlas con todos los datos relativos a la persecución de desafectos en el entorno y a la personalidad de los perseguidores y de los inductores. Semejantes crímenes no pueden ser interpretados solamente como resultado: hay que verlos como proceso. Menos todavía se pueden contemplar como resultado de una locura colectiva ya que entonces se les despoja “de todo significado que vaya más allá de su finalidad”, se contemplan solamente los efectos y no las causas, sólo se constata condena en vez de explicación. 

No obstante, a pesar de los indicios acumulados en nuestra investigación, una nueva omertá se ha añadido a la tradicional en los últimos tiempos, sin que puedan vislumbrase adecuadamente las razones. A pesar de los muchos miles de euros gastados por el Gobierno de Navarra en su programa de exhumaciones en el rescate de los restos de Juana Josefa Goñi y de sus hijos, estos están ausentes en el listado oficial de víctimas de la limpieza política registrada en Navarra, cuando estaban presentes en los listados no oficiales anteriores. A fecha de principios de septiembre de 2018 siguen sin figurar en la Base de Datos del Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra, elaborado por investigadores del Departamento de Geografía e Historia de la UPNA. Lo más curioso es que hace algunos años estaban ciertamente presentes en esa base de datos. Con lo que están excluídas del estatus de víctimas de la brutal limpieza política impulsada por requetés, falangistas y autoridades militares en 1936-1937 y que se llevó por delante en nuestra tierra a más de tres millares de simpatizantes de fuerzas opuestas a ellos, esencialmente izquierdistas.

En los últimos meses he recogido más pruebas en apoyo de mi lectura del asunto: la más contundente el homenaje que se le hizo a Tomás Alcaine en Lesaka en 1932 como ejemplo de militancia republicana en un pueblo pequeño de la Montaña y que recogió la prensa. El periódico republicano Democracia publicaba un reportaje el 7 de junio de 1932 sobre la inauguración de un centro republicano en Lesaka. Asistieron comisiones de Bera, Etxalar, “de Elizondo, de Santesteban, de Legasa” y también de Irún, Hondarribia, Lezo, Pasaia, Rentería y San Sebastián. Intervino entre otros Nicolás Guerendiain, el que sería alcalde de Irun durante la República y posteriormente fusilado en 1936, y Ramón Bengaray, cabeza de lista del Frente Popular Navarro en las elecciones de febrero de 1936 y también asesinado en agosto de aquel año. Se decía que “como detalle bien elocuente de que las ideas republicanas se van abriendo paso a marchas forzadas por la región montañesa, debemos consignar que de pueblo tan distante como Legasa (valle de Bertizarana) acudieron dos ancianos, los señores Segundo Leiva y Tomás Alcaine, septuagenarios ambos, pero con un entusiasmo y un fervor republicano, verdaderamente aleccionadores y confortadores”. Con anterioridad, el 24 de mayo de 1932 el mismo periódico publicaría otra prueba del ideario de Alcaine al figurar, donando una peseta, en la suscripción pro víctimas de los sucesos del 17 de abril de aquel año que, como se recordará, fueron resultado de las provocaciones de los jóvenes carlistas, saldándose con que se saldaron con la muerte por disparos de pistola de Saturnino Bandrés, de 22 años, afiliado al PSOE y a la UGT, empleado de El Secretariado Navarro; de Julián Velasco Arzabala, de 18 años y también ugetista; y de José Luis Pérez Lozano, jaimista, también de 18 años. Asimismo resultaron heridas graves otras personas como Andrés Munárriz, Eusebio Lazcano y Ezequiel Soto, este por una paliza porque le confundieron con el autor de los disparos. el asesinato de dos izquierdistas y de un jaimista. Junto con Alcaine, también aparecían en la lista un republicano radical socialista de Santesteban y un un republicano a secas de la misma localidad, ambos con tres pesetas. En otras listas de donantes constaban nombres de personas que también serían fusiladas en 1936.

El papel de Alcaine fue fundamental a la hora de la activación del sumario por el crimen de Gaztelu, el único sumario incoado por desapariciones sucedidas en aquellos años. En septiembre de 1937 Pedro Sagardía comunicó al Juzgado de Primera Instrucción de Pamplona que un amigo suyo, albañil y residente en Pamplona, llamado Mariano Rodríguez, le había dicho que el citado Alcaine le había dicho que la familia Sagardía «estaba echada el año pasado por gente de Gaztelu a la sima llamada de Legarrea, a la que la habían aproximado por medio de amenaza de fuego por detrás». Estas afirmaciones habrían sido repetidas ante Santiago Elizalde, dueño de una tienda en la calle Campana de Pamplona, y habrían sido corroboradas por el tal Elizalde ante el mismo Pedro Sagardía. También habían sido testigos de aquellas palabras otros vecinos de Legasa. 

Rodriguez Zubiría y Alcaine refrendarían sus testimonios ante el juez. Alcaine señalaría que «se decía por el pueblo de Legasa que la mujer y los hijos habían sido arrojados a la sima de Legarrea a la que les habían llevado empujándoles con fuego». Otros vecinos de Legasa apuntarían en la misma dirección, así como la hermana del viudo, residente en Oitz. 

Las aportaciones concertadas de Mariano Rodríguez Zubiría y de Tomás Alcaine iban más allá de la denuncia original realizada por Pedro Sagardía en agosto de 1937. Esta hablaba de la expulsión y de la desaparición de sus familiares, insinuando su asesinato. Aquellas se hacían eco del carácter generalizado de los rumores y ponían ya el foco en la sima a la que la mujer de aquel y sus hijos habrían sido arrojados, obviamente después de ser asesinados.

Tal y como comentamos en el libro Muertes Oscuras las declaraciones de Rodriguez Zubiría y de Alcaine estaban ligadas con su posicionamiento político. El de Alcaine ya ha quedado reseñado. En cuanto a Mariano Rodríguez Zubiría, nacido en la localidad de Eltzaburu en el valle de Ultzama, con 54 años en el padrón de Pamplona de 1940 y de profesión albañil, vivía efectivamente en 1937 en la capital, en el número 3 de la calle Eslava para mayor concreción. Pero su mujer era Guadalupe Vera Jaunarena, precisamente la hermana de la esposa de Miguel Taberna Crespo, uno de los principales republicanos doneztebarras, junto con su hermano Liborio, de cuyo compromiso político ya hablamos en el citado libro. Rodríguez Zubiría y su familia residieron ininterrumpidamente en Doneztebe hasta 1935. En las elecciones municipales de abril de 1933 Rodríguez Zubiría recibió cuatro votos, al igual que otros republicanos y ugetistas que no formaban parte de la candidatura izquierdista, por lo que se puede pensar que estaba alineado con ese sector ideológico del pueblo. Mariano Rodríguez, al igual que su mujer, eran perfectos conocedores desde el primer momento de los rumores en torno al destino de Juana Josefa Goñi y de sus hijos por cuanto su cuñado Miguel Taberna Crespo era el dueño de la casa en la que vivían en Gaztelu el matrimonio Sagardía-Goñi.

Según los libros de la Inclusa Tomás Alcaine nació el 20 de abril de 1856 en aquella institución y fue dado para criar a una nodriza de Saldías. Aparece residiendo en Legasa al menos desde el padrón de 1880, casado con la zubietarra Catalina Urriza Saldías, mudando de domicilio a lo largo del tiempo, tal y como era habitual entre los maisterrak o arrendatarios. De oficio tejedor, en 1935 residía en la casa situada en la calle Santa Catalina 34 junto con su esposa y sus cuatro hijos solteros y un nieto. 

Hay motivos para pensar que Tomás Alcaine y Pedro Sagardia compartían la categoría antropológica de «xelebre», concepto acuñado por Julio Caro Baroja para aquellas personas del mundo rural vasco sostenedoras de posiciones heterodoxas respecto a temas como la religión, la política o la costumbre desde una perspectiva irónica, sujetos aficionados a cultivar la paradoja y a propagar ocurrencias y comentarios opuestos a la moral tradicional. Tomás Alcaine tuvo varios incidentes entre 1913 y 1916 con el alcalde de Legasa, Eusebio Babace Urrestarazu. En 1913 este le acusó, sin éxito, de la explosión de un cartucho de dinamita enfrente de su casa porque le había visto por las inmediaciones «en actitud poco tranquila» y «gritando Viva la bandera española» junto con otros dos, Francisco Antonio Mendiola y Antonio Hualde, y porque los tres habían sido multados hacía poco por infringir las ordenanzas o por blasfemar. En 1916 Alcaine había sido condenado a vivir desterrado a más de veinticinco kilómetros del pueblo durante varios meses en un proceso por injurias, en el que también había intervenido el bertsolari Txirrita con unos bertsos que se imprimieron y circularon por la zona y en el que el denunciante había sido el mismo Eusebio Babace, todavía alcalde de Legasa, tal y como ha señalado Mikel Taberna en un artículo reciente en la revista Bertsolari, indicando asimismo comentarios sobre el republicanismo de Alcaine. De forma llamativa, Tomás Alcaine iría a residir en Pamplona por efecto de aquella condena de 1916 justamente en el domicilio en el que más de dos décadas después entraría a vivir Pedro Sagardía. El domicilio radicado en Santo Andía 12, en el que se integraría Alcaine, estaba formado por Gregorio Prat Martínez (nacido en Cadreita, 56 años en 1917), su mujer Amelia Suescun Rodríguez (nacida en Larraga, 52 años) y sus hijos Rufino, Manuel y Alejandro Prat Suescun de diecisiete, seis y tres. Era el mismo (solo que con el cambio de nombre de la calle hecho en 1936-1937, que unía bajo el nombre de Recoletas, las calles de Santo Andía, Virgen de la O y Recoletas, y adecuado a la nueva numeración) que acogería a Pedro Sagardía y que, como se recordará, se componía del último de los hijos mencionados con su mujer, su madre, varios hijos y algunos huéspedes. De esa circunstancia se desprende la amistad previa de Alcaine con Sagardía, y también se infiere la existencia de pautas comunes entre ambos como el que compartieran elementos arquetípicos de aquel referido carácter de «xelebre», o como su querencia por el ámbito urbano pamplonés, y más en concreto de su parte vieja, a la hora de elegir ámbito de transterramiento.

Antes de concluir, creo necesario referir que Tomás Alcaine residía en la siguiente casa de la calle Santa Catalina en la que vivían los Miquelarena Inda, familiares del que suscribe estas líneas (aquel, como ha quedado dicho en el número 34, y estos últimos en el número 32). Estaban fuertemente ligados con la potentísima red de contrabandistas de Agustín Arrieta a través de Fernando Inda Irigoyen, hermano de la madre de los Miquelarena Inda y uno de los contados vecinos de Gaztelu que no participó en la expulsión de Juana Josefa Goñi y de sus hijos y que sería detenido en noviembre de 1936 junto con Timoteo Plaza, el principal responsable de la posteriormente conocida como red Alava y que, en rigor, había empezado a funcionar desde las semanas posteriores al golpe de estado. Por otra parte, pueden advertirse ecos de la actitud de Alcaine en las posturas de denuncia que una miembro de la citada familia, María Luz Miquelarena Inda, protagonizaría en contra de los agentes represores requetés del valle de Bertizarana, tanto en 1937 y 1938 como años más tarde, en 1952, y que le llevarían a pleitear en los tribunales pamploneses e incluso en el Tribunal Supremo, tal y como narramos en el libro mencionado. Los procesos referidos incoados a partir de denuncias de María Luz Miquelarena, y en los cuales contó con el apoyo de gente de mucho peso político en Bertizarana e involucrada en redes de contrabando importantes como el beratarra afincado en Narbarte Modesto Liquiniano, constituyen una excepción en el contexto de la época , tanto por las causas como por el contexto en el que se situaron. 

Regresando a Tomás Alcaine, resulta humillante que los esfuerzos de aquellos republicanos y ugetistas de la Montaña cantábrica, numéricamente marginales, para esclarecer aquellos bárbaros asesinatos de Juana Josefa Goñi y de sus hijos (así como otros acaecidos en la zona), y que son una prueba de la probidad del comportamiento de aquellos, no se vean correspondidos por el reconocimiento de aquellos asesinados como víctimas de la violencia política en la base de datos correspondiente.

El padre, Pedro Sagardia, y el hermano mayor Jose Martin






PEDRO SAGARDIA,
esposo de Juana Josefa y aitá de seis hijic@s "desaparecidos"

De toda la familia Sagardia-Goñi-Sagardia, asesinaron a la madre Juana Josefa y a sus seis hijic@s, Francisco Javier murió de meningitis, solo quedaron Pedro Sagardia el Padre, y el hermano mayor José Martín con solo 17 años.

El padre Francisco, se enteró de que algo pasaba en el pueblo, con su familia, cuando con José Martín estaba trabajando en el monte haciendo carbón vegetal en los montes de Eugui.

En Gaztelu, el 13/14 de agosto de 1936, le habían dado a Juana Josefa 24 horas para que abandonase el pueblo con sus hijic@s. Pedro fue avisado de ello y bajó al pueblo a ver que era lo que pasaba.

Cuando llegó a Gaztelu, no le permitieron ver a su familia. La guardia del pueblo montada por el Movimiento Salvador de España, al frente de la cual está el alcalde Melchor Alzugaray, y él mismo acompañado por Agustín Irurita trasladan a Francisco a Doneztebe, y le entregan al sargento Zubizarreta de la Guardia Civil, que lo detiene sin ninguna explicación y le mantiene preso durante seis días y cuando le sacan le ordena que no acudiese de ninguna manera a Gaztelu, y que se marchase. Pedro se alista en el Requeté, mas o menos voluntario, seguramente con presiones, y es enviado a combatir contra los rojos al frente de Navafría, en el Tercio de Santiago.

Nada sabemos de porqué no se le dejó a Francisco ver a su esposa y a sus hijic@s para que pudiera ayudarles. Mientras Pedro está detenido en el cuartel por la Guardia Civil en Doneztebe, Juana Josefa con sus seis hijos es expulsada de su hogar. Ella se va a vivir a una choza que se hace con ramajes en un barranco, a un kilómetro del pueblo,y el 30 de agosto es cuando le queman la chabola, y le hacen subir por el monte con sus hijic@s, Asunción tendría que ir en brazos, otros difícilmente podrían subir, seguro que los dos mayorcitos se opondrían. Pero empujándoles con teas y antorchas con fuego fueron empujadas monte arriba...  hasta desaparecer.

Pedro, estando en el frente escribió a Juana Josefa que no le contestaba, y al final escribió a Miguel Taberna propietario de la casa donde vivían. Este le contestó el 17 de diciembre diciéndole que no sabía del paradero de su esposa y de sus seis hijos pequeños, que había oido que estaban por Leiza, si le decía que su hijo José Martín, el único que le quedaba, estaba por Lecároz y que con solo 16 años, también se iba al requeté "voluntariamente".

Nada pudo hacer Pedro desde el frente de batalla, hasta que en agosto de 1937, recomendaciones de un pariente poderoso, pensaron algunos, consiguió un permiso.

El 2 de agosto de 1937 presentó una larga y estremecedora denuncia en los juzgados de Pamplona.

Mas extraño es que el juez instructor solo al día siguiente de presentar la denuncia, abre la Causa 167 y dicta un Auto dando orden de que se cite para el día 11 a nueve personas para tomarles declaración. No se entiende que haga caso a la denuncia de Pedro, que incluso había sido detenido y acusado de espía, cuando en Navarra ha habido en esos años, mas de 3500 desaparecidos y ninguna otra causa se ha abierto.

Se siguió durante diez años adelante con el proceso, que se cerró y se reabrió en varias ocasiones. Es incomprensible tanto el hecho de ser tenida en cuenta la denuncia, como el mantenimiento durante tantos años con el sumario, y el dinero que tuvo que costar. Se comenta siempre, que detrás de todo el proceso, estuvo siempre, por ser pariente, el General Antonio Sagardia. Hasta está publicado que se le insistió a dicho general que no siguiera con la causa.

El 2 de diciembre de 1942 muere Pedro Sagardia a los 52 años.
El 18 de marzo de 1946 se emite un sobreseimiento de la Causa 167.

Que difícil expresar, si es que es posible, en una sola entrada de un blog, lo que no tendría que pasar, lo que no tendría que sufrir Pedro, con todo lo que le hicieron a su familia, con todo lo que le hicieron a él mismo.

A una persona que tenía que ganarse la vida como carbonero, en otro pueblo, acompañado de su hijo mayor con solo catorce, quince, dieciséis años, viviendo en el monte lejos de su vivienda, le acusarían además de poco trabajador, de vividor, de bebedor, hasta de espía..., y sobre todo de no atender a su familia. De eso le acusaron, y tanto el alcalde, como la guardia civil, como el cura. Conocemos bien de como se comportaron alcaldes, guardias civiles, y curas.


JOSE MARTIN
Hijo de Juana Josefa, le matarían a su amatxo y a sus seis hermanic@s.

Jose Martín, ya con dieciseis años vivía en el monte con su aita, donde al estar tan alejado, estaban días y días sin bajar a su pueblo, a su hogar.

¡ Como tendría que pasarlo José Martín, con solo dieciseis años, con su madre y sus seis herman@s Asesinad@s, con su padre llevado a la Guerra....  expulsado de su hogar, con la puerta de su casa clavada por el alcalde y otros vecinos de su propio pueblo¡

¡ Pobre José Martín ¡

El 12 de noviembre de 1936, José Martín, con solo 16 años, después de haber Asesinado a su amatxo y a sus seis hermanos, estando solo, con su padre en el Frente de Navafría, se alista, o le alistan, en el Tercio María de las Nieves, con el que se va al frente.


Ya en 1942, Jose Martín se alista en la División Azul, no es difícil pensar que lo hiciera de la mano de su tío el General Antonio Sagardía, que fue uno de los jefes de aquella en sus combates en Rusia. 

 

xxxx Tenemos noticias de que Joxe Martín, estuvo viviendo por Iparralde, en Roncesvalles, casado en Garralda, bajaba muchos días al bar a Auritz, donde le veían una persona que había tenido una vida muy dura.

 

domingo, 7 de abril de 2024

Juana Josefa creía en los dioses antiguos de los vascos

 

El Crimen de Gaztelu                          Indice                          La Sima de Gaztelu

https://www.diariovasco.com/sociedad/201609/18/madre-sagardia-creia-dioses-20160918010349-v.html

Esparza: «La madre de los Sagardia creía en los dioses antiguos de los vascos»

El autor del libro sobre la historia de la madre y sus seis hijos arrojados a una sima de Legarrea relata que la familia era tratada de indeseable en Gaztelu 

José Mari Esparza ha investigado durante treinta años el caso de la desaparición de la familia Sagardia-Goñi.

No fueron los huesos de miembros de la familia Sagardia-Goñi lo único que la semana pasada rescató un equipo de Aranzadi. También recobró un viejo enigma que desde 1936 ha impregnado el espíritu de Gaztelu (Donamaria). En agosto de aquel año, una madre embarazada de siete meses y seis de sus hijos -de año y medio la menor, y de dieciséis años el mayor- fueron arrojados a la sima de Legarrea, pero nada se supo sobre las circunstancias de la desaparición. El caso cautivó al historiador y escritor José Mari Esparza (Tafalla, 1951), cuya larga investigación -desde 1986- dio origen el año pasado al libro 'La sima, ¿qué fue de la familia Sagardia?'. Ahora que el oscuro suceso emerge con la recuperación de los huesos de cuatro de los familiares, acudimos a él en busca de algo de luz.

¿Por qué empezó a investigar el caso de esta familia?

En 1986 desde Altaffaylla Kultur taldea publicamos el libro 'Navarra 1936. De la esperanza al terror', repasando lo que había ocurrido aquel año en la comunidad. El historiador Jimeno Jurío nos pasó materiales y montamos equipos en todos los pueblos para conocer historias, además de sacar información de los archivos. 

¿Y qué tiene que ver eso?

 En aquella publicación solo había una página de Gaztelu. Decía que se había tirado a una mujer a una sima con sus siete hijos. Había, por tanto, un error. No encontramos más colaboración para completar y era el crimen más terrible de Euskal Herria, por mucho que hubiera 3.500 fusilados en Navarra, y no teníamos más datos. Pero se recogía un detalle muy significativo. Se decía que se había abierto un sumario.

¿Por qué significativo?

Porque Navarra estaba llena de familias buscando a sus seres queridos y la única respuesta que recibían era: «ha desaparecido». Y, en cambio, en este caso había un sumario. No había criterios represivos que explicaran aquella historia.

¿Qué contenía el sumario?

Ahí está el problema. El sumario nunca apareció hasta 23 años más tarde. Nos pasamos dos décadas preguntando en Malerreka, Donamaria, Sunbilla, Doneztebe y alrededores, y era un tema tabú. Pregunté en el archivo del Juzgado de Pamplona si figuraba el sumario y su responsable Iñaki Montoya estuvo buscando hasta la saciedad sin hallar nada, hasta que un día encontró un epígrafe que ponía 'Incendio y coacciones', referente a Gaztelu.

¿Y?

Recogía toda la secuencia de los hechos, más declaraciones de vecinos, cartas del padre de la familia... todo un expediente judicial que dura diez años. El juez decretó el cierre tres veces y los abogados defensores lograron reabrirlo otras tantas veces. Todos saben que el que estaba detrás era el General Sagardia, de la División Azul y jefe de la primera Policía del Estado franquista en Navarra. Tenía parentesco con la familia y por eso se interesó. Porque todo este proceso está salpicado de gente que va faltando. De los implicados, hay dos o tres que se suicidan y otros mueren prematuramente.

¿A qué se refiere con 'implicados'?

Hubo once detenidos por el caso de once casas del pueblo. Pero lo que destaca en el expediente son declaraciones de vecinos, del cura y de la Guardia Civil tratando de indeseable a esta familia. Nadie reivindicaba a esta mujer y sus hijos. Al ver esto, decidí dejar el caso y olvidarme. Estuve años sin hacer nada.

¿Por qué volvió?

Porque me impactó el hallazgo en 2014 de ese chico, Iñaki Indart, en el fondo de la sima de Legarrea, que para que se haga una idea mide como un edificio de quince pisos. Su desaparición nada tuvo que ver con la Guerra Civil. Fue en 2008. Me di cuenta de que aquel era un lugar maligno. Todo el pueblo se alteró de nuevo. Volvió el fantasma de la sima.

¿Qué hizo entonces?

Indagando en el registro civil de San Sebastián, donde se portaron de maravilla, logré una dirección de Donostia donde sabía que podían vivir las primas carnales de aquellos menores desaparecidos.

Y fue y tocó el timbre...

Eso hice. Me salió una mujer al telefonillo del portal diciendo, «¡no quiero vendedores!». Yo le respondí: «Que vengo a hablar. ¿Su familia vive en Donamaria?». De repente, me preguntó: «¿Qué vienes, a hablar de mi tía?». Tuve la sensación de que la señora llevaba 80 años esperando que alguien le preguntara por aquello.

Antes de perderme. ¿Quién era la señora?

La hija de Petra, hermana de Juana Josefa, la madre arrojada a la sima. Petra también tuvo seis hijos. Me atendieron tres. Vivían en Donamaria y cuando pasó lo de sus primos y su tía en Legarrea vinieron desterrados a Donostia.

¿Qué le contaron?

Su versión de la historia. Que su madre, traumatizada por lo que le había pasado a su hermana y sus sobrinos, toda la vida les había estado hablando de la historia. En casa todos sabían que los habían tirado vivos a la sima.

¿Algún detalle sobre cómo ocurrió el suceso?

Tenían una cierta mala conciencia porque se acordaban de que una de las niñas de los Sagardia-Goñi, Martina, de seis años, estuvo la noche anterior a su desaparición en casa de sus primos pidiendo a su tía que le dejara pasar allí la noche porque no quería volver a la chabola. Pero Petra le dijo que no, porque tenía otros seis niños pequeños y el marido en la cárcel.

¿Qué chabola?

En la que estaban viviendo Juana Josefa y sus hijos por haber sido expulsados del pueblo. Según el sumario del caso, se les acusaba de robar gallinas, patatas y manzanas. Que por eso eran indeseables. Y el marido no cuidaba de ellos porque trabajaba de carbonero en Eugi. El mayor de los siete hijos -el único que no desapareció- también trabajaba de lo mismo en Lekaroz. Total, que los vecinos informaron del tema a la Guardia Civil, y el capitán Gregorio Zubizarreta les dio permiso para hacer lo que quisieran, cosa que él negó luego en el sumario. En definitiva, a la familia le dieron la orden para abandonar Gaztelu. La madre avisó a su marido, pero cuando éste quiso acudir a la ayuda, el alcalde y otro concejal lo detuvieron y lo llevaron a Santesteban. Lo entregaron a la Guardia Civil bajo la acusación de que era espía.

¿Qué pasó con él?

Le soltaron en seis días diciéndole que no volviera al pueblo. Volvió a Eugi y envió a un amigo a entregar dinero a su familia. Éste amigo fue el que le informó de que su mujer e hijos habían desaparecido. Cuando volvió a intentar personarse en el pueblo, le volvieron a detener. Es cuando se va a Pamplona y se alista en el frente Requeté. Al cabo de un año, presentó un escrito a la justicia reclamando qué pasaba con su familia. Ese escrito supuso el inicio de toda la causa 167, donde van apareciendo cosas.

¿Qué cosas?

Declaraciones del cura, de los vecinos, de la Guardia Civil... todos vienen a decir que era una familia que hacía raterías y que les habían expulsado del pueblo, pero que por supuesto nadie les había tirado por ninguna sima. Había un clima de hostilidad hacia la familia. El propio cura, vecino de los Sagardia-Goñi, don Justo Ariztia, responde a la Guardia Civil: «¿Todavía andáis con ese tema? Se habrán ido por ahí». En un pueblo hiper católico, el cura sabía todo con el secreto de la confesión.

¿Qué razones había de fondo?

En el sumario van apareciendo declaraciones comentando que Juana Josefa era una mujer «muy hermosa», «guapa», incluso «de buen ver», cosas que pueden llevar a pensar en temas de lujuria y envidias.

¿La Guerra Civil alimentó la confusión?

Puso un clima sin el cual no hubiera podido suceder aquello. El bando de Mola se puso por todos los sitios, exigiendo la limpieza de todos los indeseables. Ojo, en un pueblo donde todos habían votado a la derecha. En las elecciones de febrero de 1936 no había habido en Gaztelu ni un solo voto al Frente Popular, por lo que malamente se podía acusar a una familia de rojos.

Usted también ha hecho alusión al tema de la brujería...

Sí, aunque en un principio, cuando saqué el libro me agarré a las tesis de la envidia, la lujuria, el contexto de la guerra y la limpieza de indeseables. Incluso apunté que había noche de luna llena aquel 30 de agosto y hay psiquiatras que hablan de un efecto nocivo en algunos comportamientos.

¿Qué cambió a posteriori?

Pues que el día de la presentación del libro, en abril del año pasado, vinieron muchos familiares, no sólo abuelas, sino hijas y nietas que habían conocido a Petra, la hermana de Juana Josefa. Nos fuimos a comer y me empezaron a contar que ya la madre de Juana Josefa estaba mal vista porque no iba nunca a misa y, aunque el cura le llegó a ofrecer dinero para que no diera mal ejemplo, ella no iba porque creía en los dioses antiguos de los vascos. Claro, las abuelas no me lo habían contado porque el tema de las prácticas de herboristería y viejos hechizos era parte de la intimidad de la familia, y no le habían dado importancia.

Pero usted, sí.

Claro. Cuando buscas explicaciones racionales a lo que ocurrió, resulta que te cuentan algo irracional que termina siendo la mejor explicación a la irracionalidad de los hechos.

¿De qué prácticas hablamos?

Pues me contaron que la madre de Juana Josefa y Petra utilizaba un caldero de brasas, cogía una tijera abierta y la cubría con un paño en forma de cruz, la echaba al fuego, le echaba sal y decía una jaculatoria en euskera. Debía de hacerlo para que su marido, que era un poco pícaro, no se fuera con otras mujeres. Y más cosas que me han contado...

Siga, siga...

Pues un bisnieto de Petra me comentó que le había conocido a su bisabuela porque había vivido mucho, según ella, porque le mordió una víbora. Eso es tener creencias de brujería. Además, la hermana de Juana Josefa y Petra murió porque le cayó un rayo. ¿Le puede pasar a cualquiera? O no. En aquella época tan religiosa era un claro signo de castigo divino. Y el bisnieto me comentó incluso que su madre, de vez en cuando, echaba agua por la ventana. ¿Por qué? Porque se le había caído la sal. Y como era mal presagio... para exorcizar...

¿Qué sintió cuando sacaron los restos de cuatro de los niños?

Estuve allí, en la sima, y cuando Paco Etxeberria salió y dijo que pocas veces se había emocionado tanto, nos fundimos en un abrazo.

¿Qué significa el hallazgo?

El primero que bajó allí, en 1946, subió diciendo que no había visto nada, más que troncos y basura. En diez años los vecinos y culpables se encargaron de tapar aquello sabiendo que el proceso estaba abierto. Se cerró en falso un sumario porque avergonzaba al régimen franquista. Le dieron carpetazo y se impuso el silencio que ha habido hasta ahora.

¿Ha vivido emociones fuertes con toda esta historia?

El momento más emocionante que he vivido fue cuando hicimos el primer homenaje y una mujer de Gaztelu me vino y me dijo que quería abrazar a las abuelas sobrinas de Juana Josefa y primas de los niños fallecidos. Fue llorando hacia ellas y les abrazó diciendo, «perdonadnos, perdonadnos». Esa reconciliación entre la familia y el pueblo ha sido lo más bonito. El objetivo del libro era ese, que se superara el silencio porque es el mayor conductor del dolor.

¿Y ahora?

La autopsia aclarará cómo murieron. Habrá epílogo del libro.  




martes, 11 de julio de 2017

20160901-8 Intervención en La Sima del Grupo SATORRAK

El Crimen de Gaztelu                          Indice                          La Sima de Gaztelu

 El GRAN TRABAJO realizado por el GRUPO DE ESPELEOLOGIA SATORRAK permitió que a continuación pudieran entrar en la Sima los equipos de la SOCIEDAD DE CIENCIAS ARANZADI, y se descubrieran los RESTOS HUMANOS de LA FAMILIA SAGARDIA-GOÑI, y se confirmará la Horrible historia de su Asesinato, en El Crimen de Gaztelu y que a continuación fueron arrojados al fondo de esta SIMA DE LEGARREA en GAZTELU.

Todo el contenido de esta entrada ha sido realizado por el
GRUPO DE ESPELEOLOGIA SATORRAK, estando disponible en esta entrada.
 

En el nro. 24 de la revista Karaitza del año 2016, editada por EUSKAL ESPELEOLOGOEN ELKARGOA

fue publicado un artículo sobre la intervención en
 


(Artículo técnico)
En el año 2003 el Dpto. de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra realizó una limpieza previa de la entrada de la sima de Legarrea. Dado su deplorable estado y estar completamente obstruida su boca, en esta actuación se retiraron 1.500 kg de basura de toda índole: botellas, plásticos, bicicletas, lana, una cocina y restos varios. Esta labor se realizó en varias jornadas. Asimismo, el cierre de la actual valla perimetral de espino y malla así como el cartel de «No arrojar basuras» correspondió a cargo de este departamento. Cuatro años después se volvió a reparar el cierre.
 


A petición de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA 36 NATSE) y con el conocimiento del Dr. Francisco Etxeberría, miembros del Grupo de Espeleología Satorrak de Pamplona realizan el 22 de diciembre de 2014 un descenso a la cavidad de Legarrea con el propósito de observar y reconocer el fondo de la sima en busca de indicios de restos óseos humanos como consecuencia de ciertos acontecimientos derivados de la guerra civil española. El objetivo es hallar información de la familia Sagardia-Goñi, madre y seis hijos desaparecidos en agosto de 1936 en la citada localidad, debido a la creencia de que los cuerpos fueron arrojados a una cercana sima. La bibliografía existente cita dos descensos previos conocidos. El primero por un obrero en octubre de 1945, el cual no halló rastro alguno tras 10 minutos de inspección. El segundo en junio de 1962, lo realizan espeleólogos de la Institución Príncipe de Viana, realizando la primera topografía de la cavidad y sin hallazgos reseñables de ningún tipo.

Habiéndose realizado la exploración de la cavidad, se constata la gran acumulación de todo tipo de desechos arrojados a la misma durante decenas de años a modo de basurero, alcanzando varios metros de espesor. Durante el descenso de 2014 se localiza el esqueleto de una persona adulta en el fondo de la cavidad. Tras el hallazgo y la posterior investigación forense y policial, se confirma que el cuerpo descubierto corresponde al del joven Iñaki Indart, vecino de Legasa (Bertizarana) y desaparecido en marzo de 2008 a la edad de 25 años.

En junio de 2016 la Sección de Memoria Histórica del Departamento de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno de Navarra, dentro del convenio de colaboración con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, financia un proyecto con el doble objetivo de limpieza (afectación medio-ambiental) y búsqueda de restos humanos en la denominada sima de «Legarrea» (Gaztelu-Navarra). Este proyecto de limpieza se elabora y ejecuta íntegramente por miembros del Grupo de Espeleología Satorrak de Iruña/Pamplona en colaboración con técnicos expertos en trabajos verticales (2010 Trabajos Verticales SL y Rocópolis, Centro de ocio y escalada). El periodo de realización de los trabajos ha sido entre el 1 y el 8 de septiembre (ambos induidos) de 2016. En total han sido 6 espeleólogos y técnicos en trabajos verticales los participantes en la obra y 4 colaboradores/as del colectivo Satorrak que realizaron funciones de infraestructura.

En el transcurso de los trabajos se extraen de la sima numerosos restos óseos de todo tipo, aparentemente ninguno de ellos humano. Una vez finalizada la operación de limpieza, comienza la segunda fase del trabajo, con la intervención del equipo forense de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. El 9 de septiembre la noticia de la aparición de los primeros restos de la familia Sagardia-Goñi cubre todas las portadas en prensa y televisión. Durante septiembre y octubre se exhuman los restos de los cuerpos procedentes de la sima.



SITUACIÓN GEOGRÁFICA



La cavidad se localiza a caballo entre el pueblo de Gaztelu y Donamaria, en el término municipal de Donamaria y enclavada en el valle de Malerreka (Navarra).
Coordenadas UTM ETRS89: 30 X: 610.726 Y: 4.774.570 Z: 490 m.


Tiene dos accesos principales. Uno se realiza desde el pueblo de Gaztelu, accediendo por la pista que dirección SE asciende hacia los montes de Belate. Tras recorrerla 2,6 km, un cruce a mano izquierda con fuerte pendiente bifurca y conecta con la pista (2° opción) en el paraje denominado Legarrea. Aquí en una zona semiboscosa y junto al camino se localiza la sima, rodeada por una alambrada (a 2,8 km del inicio). La segunda opción, y algo más larga, parte de la localidad de Legasa. Al sur se toma la pista denominada «mendiko Basabidea», la cual en 3 km de desarrollo conecta con la anterior en el citado paraje de Legarrea (a 3,4 km del inicio).


DESCRIPCIÓN DE LA CAVIDAD

La sima se abre en un terreno mixto con alternancia de calizas margosas y arenosas en terrenos karstificables. La boca de 5x2 m de dimensiones se abre en una dolina que conecta con la cabecera de una vertical de 45 m aproximadamente. El primer tramo tiene fuerte inclinación (70°) y 3 m de anchura hasta alcanzar los 20 m de desnivel. El pozo continúa otros 25 m con mayores volúmenes y morfología fusiforme en vertical absoluta hasta el fondo, el cual está colapsado por derrubios y basura.




Las medidas del fondo oscilan entre los 10 m de largo por 4-5 m de anchura y 1,5 m de desnivel. Las paredes están recubiertas de costras calcáreas, arcillas de disolución y roca suelta. Estos materiales presentan riesgos de caída al paso de los espeleólogos por no encontrarse sólidamente consolidados a la roca. Se aprecian goteos de agua procedentes del exterior según la meteorología externa. La tem-peratura interior ronda los 13°C.


DESCRIPCIÓN TÉCNICA DE LOS TRABAJOS REALIZADOS


El doble objetivo de Limpieza/Conservación de la cavidad y la búsqueda de restos óseos por especialistas presenta la necesidad de una intervención de gran esfuerzo humano y solvencia técnica. El cálculo hipotético del material a retirar supera los 40 m3, cifra ésta incierta dadas las características del lugar.


a) FICHA DE INSTALACIÓN


Durante la fase de equipamiento de la cavidad se precisó el equipamiento de 2 vías independientes de instalación para cubrir el desnivel de 45 m de la sima. Estas líneas nos permitían agilizar el trabajo tanto en el ascenso como descenso a la cavidad por parte del personal. Asimismo servían para utilizarlas tanto para uso de acompañamiento técnico y/o en caso de emergencia. Se han utilizado 120 m de cuerda profesional semiestática de 11 mm de diámetro de la marca Korda's titania° que por sus características cumple con la normativa vigente para trabajos mediante técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerda (trabajos verticales).

Se ha instalado con tacos de expansión modelos spit y spitinox• de 12 mm de diámetro y tornillos de 10x70 mm modelo Multimonti-Heco (MMS)° en el paso de fraccionamientos. Actualmente existen dos vías de instalación, la de progresión y la de seguridad. Una cuerda de 60 m es necesaria para alcanzar el fondo de la sima. Se realizaron 4 fraccionamientos a - 6, -10, -25 y -30 m y se ha reequipado con 5 fraccionamientos nuevos a -6, -10, -15, -35 y -40 m de profundidad. Respecto al uso de placas y conectores para la cuerda, citar el uso de la placa modelo «Coeur» inoxidable de marca Petzl° junto al maillon ovalado inoxidable largo de 7 mm, evitando riesgo de par galvánico entre diferentes materiales en caso de uso en largos periodos de tiempo.

b) INSTALACIÓN DE PLATAFORMAS NIVELADAS



Plataforma superior: Esta plataforma es fundamental y sirve de sostén del torno-elevador así como de descenso del personal a la cavidad y comodidad en la extracción de materiales. Consta de una estructura en madera formada por tableros de encofrar modelo Tricapa de 2x0,5 m de medida, encolados entre sí y gran resistencia y versatilidad. Estos son dispuestos sobre unos fondillos de madera y atornillados con tornillo modelo SPAX° de 6x60 y 6x80 mm de longitud, formando una estructura compacta en conjunto. Cabe resaltar que al finalizar la obra se cerró la boca completamente para evitar caídas y/o arrojo de basuras, de modo provisional y únicamente para el tiempo que puedan durar los trabajos del equipo forense. Se recomienda la retirada de este cierre y la realización de un cierre perimetral en mampostería.

Se instala un primer torno-elevador de columna monofásico para carga de 300 kg para una potencia de 1,5 HP/1.500 rpm. Pensado para el uso de ascenso de personal en caso de necesidad o urgencia (con cuerda de auto-seguro) de ahí el valor de 300 kg. Este torno inicial trabaja sobre el primer tramo de la sima en rampa de (70°). Para el izado de los materiales es importante el control del torno, debido al roce y golpeteo de los cubos cargados con el suelo de la rampa inclinada de la salida de la sima. Respecto a las líneas de vida destacar la instalación de doble cuerda semiestática y un cable de acero de 5mm para el uso de líneas de acceso seguro a la cavidad, así como su uso en la unión de diferentes montajes subterráneos. También se han utilizado una treintena de cordinos de Dynaema° de 5 mm de diámetro para la elevación de las cargas en el trasiego de ascenso-descenso y el uso de mosquetones (conectores) automáticos para evitar aperturas indebidas.




Plataforma intermedia: La complejidad de su instalación dada su situación aérea sobre el pozo vertical a -18 m, ha sido clave para poder disponer de un punto fiable y seguro para poder acometer el izado de los materiales de la parte profunda de la sima. Su instalación ha sido fundamental para el descenso de los materiales que forma la plataforma inferior. Esta estructura ha sido formada por puntales de acero telescópicos de alta resistencia con bases con nervuraciones de refuerzo y tableros tricapa de 2x0,5 m de dimensiones. Se han utilizado 3 puntales de acero de 2 m de longitud y un tablero Tricapa sobre ellos con fijaciones a las paredes de tacos de 10x70 y 60x70 mm modelo Multimonti-Heco (MMS)°. Esta plataforma realiza la doble función de ascenso de materiales de la zona inferior y el de la parte superior de la sima. Destinada para el peso de dos operarios más las carga de izado (20 kg).

Respecto al torno situado en la plataforma intermedia, las características son; torno Camac minor P200 monofásico con carga para 200 kg, potencia 0,85 CV, 26 kg de peso, 30 m de elevación y 20 m/minuto de velocidad de elevación. Este torno se ancló directamente sobre las placas especiales para su uso, encargándose del izado de materiales del tramo inferior de la sima, de morfología vertical (90°).


Plataforma inferior: Diseñada para evitar daños por la innumerable caída de piedras, barro de las paredes y otros elementos sobre el equipo de trabajo. La sima es muy peligrosa debido a su morfología margosa y descompuesta en zonas. A su vez el propio trasiego de espeleólogos e izado de materiales genera caída de materiales al fondo. Su instalación era de vital importancia por seguridad. Está formada por 4 puntales telescópicos de acero reforzado de 6 m de longitud y 10 tableros Tricapa de 2x0,5 m de dimensiones. Esta estructura estaba andada en origen a 1,60 m del suelo a las paredes con tacos 10x70 y 60x70 mm modelo Multimonti-Heco (MMS)
°. Al finalizar la obra la plataforma queda 1 m más alta. 



c) INSTALACIÓN TENDIDO ELÉCTRICO/VENTILACIÓN FORZADA

El uso de un generador de Honda GX390 de 7000 vatios de potencia con salidas 220 y 380 y ha sido suficiente para alimentar todo los recursos necesarios, entre ellos 4 focos de 1000 w cada uno, los tornos elevadores de 1,5 kw y 0,85 kw respectivamente y el extractor-ventilador de 1.1 kw. Respecto a este último, modelo CMT/4-250/100 trifásico, su uso ha sido totalmente aconsejado en la labores de limpieza, puesto que el aire fresco introducido al fondo de la cavidad restaba insalubridad al entorno. Cuenta con 5 tramos de tubo de 10 m de longitud y 250 mm de diámetro unidos entre sí. Estos tramos eran de escaso peso al ser de un material aluminizado y fueron unidos con bridas especiales para tal fin.

(Trabajando en el fondo de la Sima, bajo una plataforma de seguridad para protegerse de las caídas de los materiales que se iban sacando. El tubo azul de la izquierda, es el conducto  de ventilación por el que entraba aire del exterior)


En el apartado eléctrico, se han empleado un total de 100 m de manguera eléctrica, 4 focos de 1000 w cada uno y 3 regletas de conexiones. Se ha prescindido del uso de una caja de diferenciales al aportarla el propio generador. El uso de «toma tierra» también estuvo presente en la instalación.


d) EQUIPOS/SISTEMAS PROTECCIÓN Y SEGURIDAD, EPI Y ERA


Se han cumplido todas las exigencias requeridas en la normativa para materia de trabajos verticales así como en protección colectiva. El uso de material especifico técnico de espeleología complementa este apartado aportando dualidad y versatilidad al trabajo. Por ello la Asociación Grupo de Espeleología Satorrak ha contado con los servicios de una empresa (Maz Prevención) para disponer de un Plan de Prevención de riesgos laborales y un Plan de Medidas contra Emergencia. Todo ello con la finalidad de cumplir la normativa vigente; Ley 31/95 de 8 noviembre sobre Prevención de riesgos laborales y Real Decreto 2177/2004 sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo, en materia de trabajos temporales en altura.


EPI individual destaca la indumentaria del técnico el cual dispone de
• Buzo de espeleólogo de Nylon y ropa interior de fibra (tipo polar).
• Botas de caña alta de caucho con protección en puntera y en plantilla (anticortes).
• Casco con barbuquejo + iluminación tipo LED, de gran duración.
• Arnés integral (pecho + cintura).
• 3 Cabos de anclaje absorbedores de energía (tipo Energyca Petzl° o vía Ferrata)
   Estos se unen al sistema con mosquetones (conectores) automáticos.
• Descensor y bloqueador I'D de Petzl° para uso en descenso.
• Bloqueadores ASAP de Petzl° para línea de vida.
• Aconsejado bloqueadores de ascenso Jumar, pantin y croll de marca Petzl•
   de uso en espeleología.
• Pedal de ascenso (Dynaema°) y/o similar para paso de fraccionamientos.
• 2 tipo de guantes; Dynaema° de manejo variado y de Nitrilo para extracción de basura.
• Máscara Dráger X-plore° 3300 con filtro para gases y vapores en caso de necesidad en el trabajo de limpieza.
• Llaves de instalación de 13 y 16 mm de diámetro para vías de equipamiento y sujeción de fijaciones varias.
• Saca personal de ataque de 15 litros para transporte de material y navaja personal.

En el capítulo de protección colectiva (activa y pasiva) se ha contado con un equipo de comunicaciones de 3 walkie-talkies modelo «brondi fx-dynamic distribuidos en las tres zonas de trabajo y 2 botiquines de emergencia. Asimismo y ante la incertidumbre de la cantidad de basura a extraer y estado de putrefacción, se ha contado en el fondo de la sima con 3 equipos de Escape MK/SBC con autonomía de 11 min/botella de 21 y 200 bar de presión. Se trata de equipos técnicos usados para situaciones de riesgo que se ha contado dentro del apartado de sistemas de evacuación de RESCATE, con un sistema doble. Por una parte tenemos el propio uso de los tornos elevadores, capacitados para la elevación de una persona siempre asegurados a la cuerda de seguro y acompañado por un rescatador.

Un segundo sistema de evacuación de RESCATE lo compone un polipasto formado por un sistema de polea-bloqueador Pro-traxion, 2 poleas tipo Rescue y un bloqueador, marca Petzl*. Este equipo se encontraba en la plataforma intermedia dispuesto para su uso por la comodidad de la posible extracción en caso de accidente o similar.


e) MEDIOS AUXILIARES


Entre ellos contamos con un módulo prefabricado de Balat de 6 m de largo y 2,5 m de ancho donde guardar todo el material a diario. También se ha contado con un baño portátil y una carpa-tienda de 5x5 m de dimensiones para lugar de acogida, comidas y que sirva de refugio en caso de meteorología desfavorable. Se ha contado con 2 depósitos de 1000 litros de capacidad cada uno para disponer de agua y contratado un contenedor para residuos mixtos con un volumen de 12 m3 de capacidad. Vallas perimetrales, carteles de obra y señalización cierran este apartado.
 


LIMPIEZA Y EXCAVACIÓN


En este apartado detallamos las fases de limpieza y excavación realizadas durante la extenuante campaña de limpieza. El izado de los diferentes materiales se realizó en capazos de caucho reforzado donde se introducían sacos de rafia con los residuos. Era importante un buen cierre mediante bridas de plástico y un correcto ensamble al torno de los citados capazos.
 

Se ha usado herramienta ligera varia. A mitad de semana la extracción de toda la basura se alterna con el inicio de la excavación. En un principio se profundiza donde más volumen de materiales acumulados había, al tratarse de la zona de caída natural del pozo. Se separan todos aquellos restos óseos encontrados y el sedimento extraído se examina y criba detalladamente en el exterior antes de desecharlo en el contenedor. Todo este tipo de restos óseos se guardan en sacos para su revisión posterior por el equipo forense.

El 6 de septiembre Francisco Etxeberría, experto de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, desciende a la cavidad y ante la ausencia de restos humanos, demanda realizar una cata profunda en dirección a un sumidero existente en el fondo de la sima.
 

En la cavidad el día 7 fue frenético. 4 técnicos trabajan intensamente 12 horas en la apertura de la zanja y en la extracción de toda la basura para facilitar la posterior excavación arqueológica. Se profundizó en el sumidero con aparición de gran acúmulo de huesos, que también fueron separados para su revisión. Nuestra actividad, tal y como había sido planificada, finalizó el jueves 8 de septiembre, dando el relevo al equipo forense que certifica finalmente, la aparición de los restos de lA FAMILIA SAGARDIA-GOÑI el viernes 9 de septiembre.
 






CONCLUSIONES


• El desarrollo del proyecto se enmarca dentro del convenio de colaboración con la Sociedad de Ciencias Aranzadi y financiado por la Sección de Memoria Histórica del Departamento de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno de Navarra.

• Valoramos los resultados del proyecto como totalmente satisfactorios, tanto en el ámbito técnico y medioambiental como en el de memoria histórica, al certificarse la aparición de todos los miembros de lA FAMILIA SAGARDIA-GOÑI, desaparecida en el año 1936, siendo éste el objetivo fundamental.

▪ La extracción total aproximada de residuos ha sido de 4.000 kg, siendo de diferente naturaleza: plásticos y botellas de toda índole, botellas de vidrio, sprays, metales, lana de oveja, piezas de un vehículo, frigoríficos, mobiliario variado, etc. Todo el sedimento extraído ha sido minuciosamente revisado antes de su entrega a la planta de tratamiento de residuos, separando cualquier resto óseo encontrado y debidamente guardado para su entrega a los expertos.

• Remarcar que no se han registrado incidentes ni accidentes laborales a la largo de toda la campaña, objetivo primordial del plan de seguridad.


AGRADECIMIENTOS


Todo nuestro agradecimiento a cuantos miembros del Grupo de Espeleología Satorrak que han colaborado directa o indirectamente en este proyecto. Así mismo agradecer a los técnicos de las empresas 2010 Trabajos Verticales SL y Rocópolis, Centro de ocio y escalada por su decidido apoyo al proyecto, el buen hacer profesional prestado y su camaradería. Nuestra gratitud a cuantas vecinos del valle, familiares afectados, amigos y curiosos que se han acercado a la sima en busca de información ofreciendo su colaboración y apoyo en todo momento. A la Asociación de Familiares de Fusi-lados de Navarra AFFNA 36 NATSE, la Sección de Memoria Histórica del Gobierno de Navarra y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, por confiar en nosotros y por su incansable labor en la recuperación de la memoria histórica.

A Jose Mari Esparza por su constante tenacidad y perseverancia en busca de una verdad oculta durante años.

Todo nuestro cariño para los familiares y en memoria de Juana Josefa Goñi, Joaquín, Francisco Javier, Antonio, Pedro Julián, Martina, José María y Asunción Sagardia, Iñaki Indart y de todas aquellas personas cruelmente asesinadas y represaliadas durante la guerra civil española y la posterior dictadura militar.


BIBLIOGRAFÍA

- Esparza Zabalegi J.M. (2015). La sima. ¿Qué fue de la familia Sagardia? Ed. Txalaparta.
- Etxeberria Gabilondo F., Egaña I. (2013). Informe de localización de la Sima de Gaztelu (Navarra) y antecedentes históricos. Inédito.
- Gobierno de Navarra. Cartografia. Mapa topográfico. Sitna.
- Gobierno de Navarra. (2003). Dpto. Medio Ambiente. Limpieza del entorno de la cavidad de Legarrea. Inédito
- Google Earth. Mapa tridimensional.
- Santesteban I., Acaz C. (1992). Catálogo Espeleológico de Navarra. Sección Recursos Hidráulicos, Dpto. Obras Públicas, Transporte y Comunicaciones del Gobierno de Navarra.
- Satorrak Espeleología Taldea. (2016). «Limpieza Sima de Legarrea 2016» (Gaztelu-Navarra). Informe técnico sobre la actuación y desarrollo de los trabajos realizados en el proyecto. Inédito.


Desde este blog agradecemos al Grupo de Espeleología Satorrak el habernos dejado compartir toda esta información suya tan valiosa.

En su página puede verse este bello vídeo del