Al Gobierno de
Navarra
Al Parlamento de
Navarra
Al Ayuntamiento de
Donamaria Gaztelu
A las organizaciones
de la Memoria Histórica
A la Sociedad de
Ciencias Aranzadi
A quien corresponda
Donostia, marzo de 2015
Nati Zozaya Goñi, de 83 años de edad, DNI
14969053D natural de Donamaria-Gaztelu y vecina de Donostia, Avenida Isabel II
nº 2, 4º B, CP 20011 Donostia.
Y Asun Zozaya Goñi, hermana de la anterior,
de 88 años, DNI 14969054X, natural de Donamaria-Gaztelu y vecina de Donostia, Avenida
Isabel II nº 14, 7º D, CP 20011 Donostia.
En pleno uso de sus
facultades mentales y en conformidad con sus hermanos e hijos desean
EXPONER:
-Que son hijas de Petra
Goñi Sagardía, natural de Donamaria- Gaztelu y de Ramón Zozaya Huici natural de
Elgorriaga. En julio de 1936, con motivo del golpe militar franquista, nuestro
padre estuvo preso siete meses en Santesteban y posteriormente expulsado del
pueblo, instalándose el matrimonio y sus seis hijos en esta ciudad de Donostia.
-Que ese mismo año, en el
pueblo de Gaztelu teníamos parte de la familia, compuesta por Pedro Antonio
Sagardía Agesta y la hermana de nuestra madre, Juana Josefa Goñi Sagardía, de
38 años y sus siete hijos José Martín de 18 años, Joaquín de 16; Antonio de 12;
Pedro Julián de 9; Martina de 6; José de 3 y Asunción de año y medio, primos
carnales de las que esto suscriben.
-Que el 14 de agosto de
1936, estando su marido y el hijo mayor trabajando fuera, la madre, que a la
sazón estaba embarazada de siete meses, fue expulsada del pueblo de Gaztelu con
sus seis hijos menores, instalándose en una txabola de las cercanías del
pueblo, cubierta con ramaje. El 30 de agosto a la noche, la txabola fue
quemada, y como todo el mundo conoce en la zona y ha aparecido en diversas
publicaciones, la madre y sus hijos fueron arrojados a la sima Legarrea, del
término de Gaztelu.
-Que de las cuatro simas
que en Navarra se utilizaron para arrojar personas durante la guerra civil, la
de Legarrea es la única en la que, ni se han sacado los cadáveres, ni se ha
sellado, ni se ha dignificado.
-Que todo lo contrario, la
sima de Legarrea es un vertedero de basuras y escombro, e incluso de nuevos
cadáveres, como el caso del joven Ignacio Indart, cuyos restos aparecieron el
pasado mes de dicienbre de 2014. Y pese a su buena intención, el cartel que el
propio Gobierno de Navarra ha colocado junto a la sima que dice “Zikinkeriak botatzea
debekatuta dago / Prohibido arrojar basuras”,
no deja de ser un escarnio para los que tenemos a nuestros parientes arrojados
allí.
Por todo ello SOLICITAMOS:
-Que al amparo de las
nuevas leyes de la Memoria Histórica y con el sólo fin de dignificar a las
víctimas, darles un entierro digno y restañar de alguna forma el dolor que
durante décadas ha acompañado a los familiares, las autoridades competentes
deben proceder a la limpieza del fondo de la sima, y a la extracción e
identificación de los restos de nuestros familiares, dándoles un lugar en el
cementerio de Donamaria- Gaztelu.
Es el único derecho que
reclamamos, para poner un punto final al pasado y poder morir en paz.
Atentamente:
Nati Zozaya
Goñi Asun Zozaya Goñi