El Crimen de Gaztelu Indice Asesinados en la Sima
Fotografía de 1942, donde aparece José Sagardía Goñi, el único hermano que quedó vivo de la familia, que parece ser fue obligado a ir al frente con el Requeté y después se alistó a la División Azul. En las dos guerras estuvo su tío el General Sagardia.
Fotografía de 1942, donde aparece José Sagardía Goñi, el único hermano que quedó vivo de la familia, que parece ser fue obligado a ir al frente con el Requeté y después se alistó a la División Azul. En las dos guerras estuvo su tío el General Sagardia.
En el "Fondo Manuel Irujo", de 1972, consta una ficha sobre la familia Sagardia-Goñi
(1972.12.19)
Manuel Irujo, ya en 1972, "quiere saber con todo detalle: Nombres, fechas, todo lo que pueda averiguarse".
Ficha de Jose Maria Jimeno Jurio, sobre la familia Sagardia-Goñi
(1977)
En el libro "NAVARRA 1936, de la Esperanza al Terror" (986, Sacado de la 9ª edic.2008, pag.395)
El Crimen de Gaztelu
Altaffaylla NAVARRA 1936 - De la
Esperanza al Terror
El de Gaztelu es
uno de los ejemplos más espeluznantes de la violencia que azotó Navarra a raíz
del golpe militar, siendo muy difícil encontrar en otros lugares nada similar.
De forma breve y superficial, a la espera de que esta trágica historia pueda ser
algún día totalmente esclarecida, exponemos aquí los pocos datos que hemos
podido entresacar tras el muro de silencio con el que en el pueblo, y en toda
la comarca incluso, ocultan lo acontecido.
El 2 de enero de
1919, en la iglesia de Donamaria, contrajo matrimonio Pedro Antonio Sagardia
Agesta, de 29 años de edad y natural de Oiz, con Juana Josefa Goñi Sagardia, de
21 años, natural y vecina de Donamaria. Del matrimonio nacieron ocho hijos: los
dos primeros, Jose María y Joaquín en Donamaria y los otros seis, Fco. Javier,
Antonio, Pedro, Julián, Martina, Jose María y Asunción, en Gaztelu, donde
tenían fijado el domicilio.
Desconocemos los
motivos por los que un padre de familia tan numerosa, que en 1936 contaba con
46 años, tuvo que salir al frente junto con su hijo mayor de 17 años. Algunos
testimonios nos han indicado que fueron obligados. Sea lo que fuese, lo cierto
es que la familia se quedó en la más cruda necesidad, con la madre Juana Josefa
al frente de una ristra de hijos, proporcionalmente repartidos entre los 16
años de Joaquín y el año y cuatro meses de Asunción, la más pequeña.
Al principio
algunos vecinos ayudaron a la familia, pero en la medida en que la guerra hacía
aumentar las necesidades, comenzaron a acusarles de realizar pequeños hurtos de
patatas, cebollas, berzas, manzanas, etc. en los huertos de algunos vecinos.
Lejos de plantear alguna solución digna del problema, un grupo de estos vecinos
se personó en el puesto de la Guardia Civil de Santesteban, presentando
denuncia ante el sargento Zubizarreta Gastesi. Este les dio a entender que lo
solucionasen de la forma que ellos estimasen más conveniente, dejación esta que
pudo suponer la sentencia de la familia.
Al día siguiente
unos vecinos hicieron trasladarse a la madre con sus siete hijos a una txabola
de las cercanías. Esa misma noche desaparecieron sin dejar rastro. Para
siempre.
La creencia general
es que les arrojaron a todos a una profunda sima de la parte alta del término
de Gaztelu, a la que tiraron luego gran cantidad de piedras y leña para evitar
que fueran rescatados. La txabola donde estuvo la familia fue quemada
posteriormente. Después el silencio. El absoluto silencio de los culpables y
delos cómplices. El silencio también de los temerosos, muchos, en aquellos días
aciagos.
La familia sin
embargo, estaba emparentada con el famoso General Sagardia, que promovió una
inicial investigación de los hechos. Soldados rastrearon la zona sin resultado
alguno y los bomberos de Pamplona no pudieron con sus escalas, llegar al fondo
de la sima.
Varios vecinos,
fueron detenidos y conducidos a la cárcel de Pamplona, siendo defendidos por el
abogado baztanés Julio Etxaide. Al poco tiempo, tras una libertad provisional,
quedaron libres, echándose tierra sobre tan escandaloso asunto. Al parecer, el
propio General Sagardia, aconsejado por sus superiores, cesó en sus
investigaciones, dado lo espinoso del asunto y el daño que el mismo podría
causar a la imagen del nuevo régimen. Las autoridades del pueblo y de la zona,
adictas al Movimiento, no podían resultar ajenas a la responsabilidad de los
hechos.
El padre regresó de
la guerra y falleció al poco tiempo. El hermano mayor se marchó del pueblo, empleándose en labores de
labranza, residiendo en la zona bajonavarra, donde se le podía ver por los mercados
de Donibane Garazi.
Ni
en los libros de difuntos de la parroquia, ni en los del juzgado se registraron
los fallecimientos. El misterio cubrió el asunto y convirtió en tabú cualquier
alusión al mismo. Si no fuese por las anteriores referencias documentales, se
diría que la familia Sagardia-Goñi, no había existido nunca. Cincuenta años
después, los hechos esperan ser esclarecidos. Quede aquí al menos la denuncia.
El Crimen de Gaztelu Indice Asesinados en la Sima
El Crimen de Gaztelu Indice Asesinados en la Sima