27 de setiembre de 2006
(pg.44)
Bajado de hemeroteca, hay que conseguir página y poner bien
Indart, los coleccionistas de premios
Sus 13 galardones en el concurso de
Elizondo han asentado a Explotaciones Hermanos Indart, de Legasa, como uno de
los ganaderos más potentes de Navarra y el País Vasco.
EL cocinero que se levanta a las once de la mañana, va a la cocina a las doce y empieza a repartir las comidas a la una, nunca será bueno». La frase pertenece a José Antonio Indart Sarratea. No es cocinero, pero emplea un símil para ofrecer la que, según él, es la base de su ocupación: la ganadería.
Tras la muerte de su
hermano Ignacio hace un
mes, José Antonio Indart se ha quedado al frente de Explotaciones Ganaderas
Hermanos Indart, de Legasa. Su hijo, Iñaki, le acompaña
en una empresa que
emplea a una docena de personas. Son las encargadas de criar 500 vacas de pasto
y 130 novillas, un número similar de caballos y yeguas, y ovejas. El ganado
Indart, que se reparte en propiedades de Legasa, Iriberri (Atez), Beúnza y Álava, atesora prestigio.
El pasado domingo, desplazaron 21 cabezas al XIX Concurso-subasta nacional de
ganado selecto de raza vacuna pirenaica, que tuvo lugar en Elizondo y en el
pugnaron 371 ganaderías de 38 explotaciones de Navarra y el País Vasco. Los
Indart fueron distinguidos con 13 galardones, entre ellos siete primeros
puestos y el premio especial al mejor lote presentado. Pese al hecho, José
Antonio Indart puntúa con un 6 al conjunto del ganado vacuno del que dispone.
Al caballar le pone un 9. Hace poco más de un año, en el III Concurso
Monográfico Raza Burguete de Alsasua, recibieron 21 distinciones, con 9
primeros puestos y la designación del caballo Salvaje como mejor ejemplar de la
feria. José Antonio Indart, de 61 años y natural de Legasa, asegura que el
secreto es «estar muchas horas». «Nuestra jornada de trabajo es desde la mañana
a la noche, y todos los días del año. No hay fines de semana, ni vacaciones.
Los sábados y domingos, al ser los días en los que hay menos gente, es cuando
se producen todos los percances», manifiesta.
«No hay listos
y tontos, sino que hace falta ser constante. Callejeando, pocos milagros pueden
hacerse. El ganado exige trabajo». José Antonio Indart remonta la tradición ganadera de su familia hasta su bisabuelo, al
menos hasta donde su memoria le alcanza. Él, afirma, ha criado animales durante
toda su vida. «El ganado de Indart se
caracteriza porque lo trabajamos bastante», apunta. «Cada vez avanzamos algo, y
creo que no podemos mejorar más. Hemos alcanzado un buen nivel y mantenerlo es
difícil. De todas formas, todos los terneros que tenemos no son como los veinte
que llevamos a Elizondo por ser los mejores. No vayamos a ser chulos. La raza
tiene que ser regular y es fundamental
acertar con el padre. Si a una vaca bonita la unes con un toro bueno, la
cosa mejora». Indart cifra en «unas cuantas» las distinciones que acumula su
explotación ganadera. «Aunque llevamos ya tres años seguidos en los que sí
hemos ido, antes estuvimos siete u ocho sin asistir a concursos. Los concursos vienen muy bien
porque nos hacen propaganda, pero no trabajamos para ellos. Sin embargo, si
podemos sacar algunos para concurso, hacemos propaganda y podemos vender
mejor los novillos, bienvenido sea», señala. El ganado de los Indart ha llegado
a exhibirse en París, Lisboa, Sevilla, Zafra y Salamanca. «Todos los días
aprendes» Los Indart vendieron un novillo el pasado domingo en Elizondo por más
de 4.000 euros. «No sé cuánto puede costar la mejor de mis vacas. Si hay una
buena y me gusta, no la vendo. El precio que le pongas no es lo que vale. Las
buenas, las de vida, no las vendemos», añadió José Antonio Indart. Sí venden
vacas de carne. Los chuletones van destinados al Restaurante Arotxa de Legasa.
El resto, a carniceros. «Además de en Navarra, vendemos bastante ganado a
Santander, Cameros, Logroño y Soria», dice el ganadero de Legasa, quien espera
jubilarse pronto. «Hay relevo, pero los jóvenes no están tan acostumbrados como
nosotros. No tienen tanto interés porque están acostumbrados a otra vida y se
han criado mucho mejor que nosotros», expone José Antonio Indart, antes de
aconsejar a su hijo, Iñaki: «Que le dedique mucho tiempo y que tenga amor
propio para aprender. Te crees que sabes mucho, pero todos los días aprendes
algo. No hay nadie sabio».
El
ganado exige trabajo», afirma el dueño, José Antonio Indart «
El
precio que le pongas no es lo que vale.
Más
de 1.000 cabezas de ganado vacuno y caballar. 160 hectáreas del Señorío de
Beúnza, 120 del de Iriberri, 500 (sólo de pasto) del alavés Parque Natural de
Valderejo y terrenos en Legasa, donde residen y tiene la sede social
Explotaciones Ganaderas Hermanos Indart.
(tio
de Iñaki)
¿Cuesta
mucho dinero mantener tanta propiedad?
«Si
tienes buenas fincas, prácticamente puedes mantener el ganado en ellas. Además,
hoy en día hay bastantes ayudas económicas para mantener cada vaca. Y el
ternero está muy caro», contesta José Antonio Indart.
¿Ustedes
son millonarios?
Antes,
en las casas se vivía con seis vacas. Hoy, en cada casa tenemos tres o cuatro
coches. Todos somos ricos. ¿Millonarios nosotros? Según cómo lo mires y según
cómo lo digas... Uno con diez millones dirá que es millonario y otro, con
veinte, dirá que no es nada. Cada uno sabe lo que tiene, cuanto le cuesta y
como lo tiene
Iñaki Indart (derecha), recogiendo de manos del
concejal Florentino Goñi uno de los galardones que ganaron el pasado domingo en Elizondo.
Los Indart, Ganaderos? Iñaki Indart Indice Fosa Gaztelu Mejor ejemplar
Los Indart, Ganaderos? Iñaki Indart Indice Fosa Gaztelu Mejor ejemplar